lunes, 18 de agosto de 2008

EL MÉTODO TOMATIS COMO HERRAMIENTA DE AUTOCONOCIMIENTO

Dra. Francisca Paravic E.
Ps. Claudia Vasquez L.

El Dr. Alfred Tomatis, Otorrinolaringólogo francés, dedicó su vida a la investigación de los mecanismos que relacionan el oído y la voz, desarrollando un método que utilizando un aparato electrónico llamado Oído Electrónico, permite tratar una amplia gama de problemas que tienen en común ser secundarios a una mala capacidad de "escucha". Y descubrió la profunda relación que tienen los aspectos psicológicos con la función de escucha.

Tomatis hace una distinción entre oir y escuchar, oir es un fenómeno pasivo: estamos bañados de sonidos pero no logramos integrarlos. En cambio escuchar es integrar, y para esto es necesaria la voluntad, voluntad de atención y de concentración.

Escuchar tiene varias funciones, en la escucha participa todo el cuerpo, el que se prepara adoptando una postura de escucha que involucra a gran parte de los músculos del cuerpo, la voz se modifica enriqueciéndose, haciéndose más nutridora para si mismo y para quienes la escuchan. El oído cumple además una función menos conocida, que es ser un dínamo de carga para la corteza cerebral. Si el cerebro está más cargado, tendremos más energía para todas nuestras actividades, nos darán más ganas de hablar y tendremos una mayor capacidad de formular pensamientos. Así el circuito de retroalimentación entre la voz y el oído queda cerrado, nos sentimos mejor y aumenta nuestro estado de conciencia.

Lo contrario, dice Tomatis, es la miseria humana, estamos cada vez más cansados, hacemos cada vez menos sonidos, no hablamos ni cantamos y toleramos menos el ruido, no tenemos energía disponible, es un estado de privación sensorial y la conciencia se comienza a desvanecer. Es lo que ocurre frecuentemente en situaciones de stress.

Muchas cosas se desarrollan gracias a una buena capacidad de escucha. Vivimos en una realidad psicológica que quiere decir que algo existe sólo mientras pueda trasmitir mi percepción de ello. Es el lenguaje el que nos introduce en una realidad social. Escuchar también es esencial en el diálogo verdadero. En la ausencia de diálogo se producen monólogos entre dos personas, Tomatis en esto es lapidario: "eso no es lenguaje, es un tipo de autismo escondido".

Para formar pensamientos en el cerebro, también es esencial la escucha. Al despertar al cerebro a través de una manera óptima de escuchar y de emitir sonidos de lenguaje adecuados, empieza a existir una riqueza suficiente de vocabulario que es fundamental para llegar a cierto nivel de pensamiento conceptual y abstracto. Entonces, es el lenguaje el que permite el proceso del pensamiento y la abstracción.

En el concepto de Tomatis la capacidad de escucha se desarrolla desde el vientre materno, a partir del cuarto mes de vida intrauterina, en una íntima relación con la madre. El primer sonido que escucha dentro de la sinfonía de ruidos corporales es la voz de la madre, sonido que percibe filtrado naturalmente Crecer es girar alrededor de un núcleo que es la madre, e ir cambiando de órbitas. El adolescente adora a su madre hasta que la rechaza, es un proceso necesario para crecer y no quedar atrapado en un nivel de bebé. Cuando ya es adulto comienza a querer a otra persona. Así las personas van pasando de una etapa a otra, de una órbita a otra, hasta encontrar su propia dimensión. Según el concepto de Tomatis, el cordón umbilical es nuestro conducto en la vida y sería un error fundamental intentar cortarlo. Tomatis llama a no confundir a la madre y al padre como núcleo de creatividad, quienes han re-hecho la Creación, con la caparazón que los envuelve. Son personas con defectos y problemas producto de una cultura y de muchas cosas, pero como núcleo esencial son los creadores de la vida.

La concepción de Tomatis va aún más lejos. El oído es el nexo entre el hombre y su conciencia, entre el hombre y el medio que lo rodea, pero también entre el hombre y su sentido espiritual. Plantea Tomatis que el sentido de espiritualidad podría tener bases fisiológicas, el sentir que hay algo "en lo alto" puede que se deba al hecho que nuestros huesos nos lo dicen a través de nuestros oídos, en una estrecha relación con la postura de escucha perfecta. El sonido no se produce en la boca, ni en la laringe, si no en los huesos. La voz estimula la conducción ósea produciendo una vibración que reverbera el sonido dando la impresión de que éste se origina en el exterior. Tomatis hace la analogía con la manera como la acústica de una iglesia contribuye sutilmente a la sensación de espiritualidad al producirse la reverberación y la amplificación de las frecuencias altas para dar la sensación de que el sonido no proviene de un solo punto identificable, sino de todas partes, por encima de nosotros.

En la postura de escucha perfecta el cuerpo se alarga acentuando la verticalidad a la manera de las catedrales góticas. El oído, a través del vestíbulo, controla el equilibrio y el tono muscular, controla los gestos y todo el lenguaje verbal y no verbal que el cuerpo tiene con su medio ambiente. Es el laberinto vestibular del oído quién mantiene el equilibrio de nuestros músculos y articulaciones para mantener la postura erecta contra la gravedad.

Tomatis descubrió la estrecha relación entre el oído y el psiquismo. La capacidad de escucha tiene una directa relación con el comportamiento, con la conciencia de uno mismo, con la conciencia de su propia existencia y con la comunicación. Dice Tomatis "el oído es el lazo de unión entre el hombre y su conciencia". La forma de escuchar lleva el mensaje hasta el fondo de nuestro consciente, así como nuestro conciente cerrará nuestro oído cuando no queramos escuchar ni analizar. La angustia y la ansiedad quedan traducidas en nuestro oído como el cierre de la escucha, así como el cierre de la escucha nos llevará a la angustia y a la ansiedad.

Es a partir de los cuatro meses y medio de vida intrauterina, cuando el oído está ya formado, y desde el vientre materno, que comenzamos a estructurar nuestra futura comunicación, nuestro futuro existencial. El feto escucha los ruidos vicerales de la madre que son naturalmente filtrados por el líquido amniótico, de tal manera que pasan selectivamente los sonidos de frecuencias más altas. Entre todos estos ruidos, percibe la voz de la madre transmitida desde la laringe a través de la columna vertebral hasta la pelvis que hace de caja resonadora, y donde una vez filtrada por el líquido amniótico, le llega no con su semántica, pero sí con toda su expresión emocional, su ritmo y su cadencia. Dice Tomatis " Al feto nada le importa el lenguaje, en esa masa sonora que le rodea solo busca el amor, el afecto y la emoción que necesita…en el diálogo instituido entre la madre y su hijo se descubre esa dimensión prodigiosa que es la comunicación intrauterina. El feto no solo recibe pasivamente los sonidos, sino que aprehende, engrama datos, graba mensajes, analiza situaciones, dialoga con su madre."

Para Tomatis, la absorción de la voz de la madre durante el embarazo es el fenómeno más importante de la futura organización afectiva y emocional, y permitirá el correcto desarrollo de toda la actividad psicológica posterior. El universo de sonido que el feto escucha, rico en frecuencias agudas, está lleno de sentimientos, sensaciones y emociones, que permitirán despertar en él el deseo de comunicar, que actúa como una motivación interna muy poderosa que lo mueve a relacionarse con lo que lo rodea y consigo mismo. El deseo de comunicar, dice Tomatis, es el motor de desarrollo de nuestra vida y de construcción de nosotros mismos, y donde se expresa paradójicamente el deseo de escuchar y el deseo de gozar del silencio. Si este deseo se ve bloqueado, podrán desarrollarse mecanismos de protección hacia un entorno que ya no siente seguro.

Durante el parto el feto pasa de una audición líquida a una audición aérea, pero la naturaleza le permite al recién nacido una acomodación progresiva, reteniendo por unos días algo de líquido amniótico en los oìdos. Ahí comienza la difícil tarea de aprender a oír y escuchar, teniendo como hilo conductor la voz de la madre, de la cual reconoce el ritmo y la cadencia. Desde el vientre materno y durante los primeros años de vida, el niño permanece en la órbita más cercana a la madre, y se relaciona con el mundo y con su padre a través de ella. A partir de los 3 ó 4 años, el rol del padre pasa a ser directo, es el padre quién hace el puente con el mundo y así el niño logra salir de la órbita de la madre y establecer su comunicación con el entorno.

Cualquier experiencia que el niño perciba amenazante será capaz de cerrar el oído e interferir en este proceso de aprendizaje: una voz de la madre hostil o agresiva en el embarazo o después de nacer, una voz chillona, un vociferar del padre, una carencia afectiva o una enfermedad grave. Lo mismo si ocurre un accidente orgánico o psicológico. Y si la distorsión de la función de la escucha es muy importante, inducirá a una maduración imperfecta del sistema nervioso.

El Método Tomatis representa revivir terapéuticamente todo el proceso de aprendizaje de la escucha y el lenguaje. Permite reproducir la escucha intrauterina a partir del sonido y de la voz de la madre, intentando restituir o sanar todas aquellas etapas que se vivieron mal o que no se vivieron, buscando la maduración del oído y del sistema nervioso, de manera de alcanzar el equilibrio de la propia personalidad, reconectar con el deseo de vivir y de comunicar. Por el efecto de remanencia de esta terapia, se van modificando la postura de escucha y la voz, y el sistema nervioso va entrando en una dinámica auténtica de pensamiento, creatividad e integración .

A través de un Test que él mismo creó, el Test Audio Psico Fonológico, podemos diagnosticar las dificultades en la escucha y seguir la evolución durante la terapia de reeducación de la escucha a través del Método Tomatis. El test de escucha se compone de cuatro pruebas, en la primera medimos el umbral auditivo tanto aéreo como óseo, la segunda es la selectividad que es la capacidad de discriminar sonidos de diferentes frecuencias y permite saber como adapta sus posibilidades auditivas al mundo sonoro que lo rodea. La tercera prueba consiste en determinar el poder de localización del sonido en el tiempo y en el espacio y la última prueba es la audio laterometría, para determinar con cual oído controla la escucha y la fonación.

Lo interesante en este método, es que permite saber el cómo estructuramos nuestra escucha a lo largo de la vida y a partir del vientre materno. El Test Audio Psico Fonológico es como una radiografía de nuestro psiquismo. Nos permite conocer a qué edad cerramos en forma inconsciente nuestro párpado auditivo para no enterarnos de las experiencias dolorosas, poniendo de este modo una cortina emocional que nos impide hasta hoy entrar en contacto con el mundo. Permite saber si el vestíbulo alcanzó la maduración necesaria indispensable para el correcto funcionamiento de la cóclea en la decodificación de señales auditivas,

pero también en la correcta integración de nuestro esquema corporal, cuya alteración se manifiesta tan clara en los trastornos de alimentación por la no aceptación de la propia corporalidad. Con este Test podemos conocer cual es nuestra lateralidad auditiva que nos permita entender las dificultades que tenemos para lograr una comunicación clara, sintética y sin distorsiones. Permite saber el por qué nuestro discurso tan interesante no logra entusiasmar a nuestros interlocutores los que empiezan a bostezar cuando estamos hablando, nos permite entender por qué terminamos tan cansados o irritados en un ambiente ruidoso, o por qué nos cuesta tanto tomar decisiones en nuestra vida cotidiana.

En el test podemos distinguir tres zonas según las frecuencias: la zona vestibular, la zona del lenguaje, y la zona de la energía. El primer aspecto que podemos ver en un test de escucha es la forma de la curva, la que nos permite hablar de ciertas tendencias en lo caracterológico. Si la curva tiene un predominio vestibular, podemos decir que la persona está muy consciente de su corporalidad, que es muy pragmático y que tiene tendencia a hablar de si mismo. Si la curva está muy acentuada en la zona de la comunicación, es una persona apegada a la lógica y las reglas, racional, que exige explicaciones por todo. Y si está más acentuada en la zona de los agudos, podemos decir que es una persona intuitiva, creativa, muy sensible, con una vida interior intensa, exigente consigo misma, que se cuestiona permanentemente.

El oído izquierdo representa nuestro mundo emocional, las dificultades en la escucha en este oído están mostrando en su origen una relación conflictiva con la madre, que se puede manifestar en el presente en relaciones afectivas difíciles; si hay mucho bloqueo, selectividad cerrada, muchos errores de espacialización, está mostrando la dificultad que tiene la persona para ir hacia la comunicación, hacia el mundo exterior de relaciones, quedando entrampado, analizando el mundo subjetivamente. El oído derecho representa el mundo de relaciones, nuestra manera de comunicar, es el padre quién hace el puente para desarrollar la comunicación con el mundo, por lo tanto en este oído podemos ver las habilidades sociales, la relación con figuras de autoridad y masculinas en general.

La curva aérea representa la vida social, lo que la persona exterioriza en su vida de relaciones, en cambio la curva ósea representa la vida interior, nos da información sobre la postura corporal, sobre el cuerpo mostrando una correspondencia con la columna vertebral y los órganos internos, sobre el modo de funcionamiento orgánico de la persona, y de manera general, nos da información acerca de las tensiones expresadas o no expresadas en lo cotidiano. La curva aérea debe estar sobre la curva ósea, si las curvas están invertidas, están mostrando irritabilidad del Nervio Auditivo, una imposibilidad de controlar ya que el mundo interno está expuesto, esto se puede manifestar somatizando alguna enfermedad o en un descontrol en el comportamiento.

Los errores de espacialización nos muestran la dificultad para tomar decisiones, inseguridad, falta de autoestima. Si aparecen en el oído derecho, habrá dificultad para proyectarse al futuro y de realizaciones en lo cotidiano. Si están en el izquierdo, hay confusión en la vida afectiva por lo que prefiere refugiarse en el pasado.

La selectividad es la capacidad de discriminar sonidos y debe estar abierta entre los 10 y 11 años. Su cierre representa una cortina emocional que la persona puso entre ella y el mundo exterior como un mecanismo de protección frente a lo que percibía como hostil. Cuando está cerrada la persona tiene dificultad para analizarse, está centrada en ella misma, tiene angustia y no puede utilizar su potencial.

En el concepto de Tomatis, así como tenemos una lateralidad motora, también tenemos una lateralidad auditiva, el oído dominante es el que controla la escucha del otro, la escucha de la propia voz y la fonación. Controlar por el oído derecho, dice Tomatis, permite procesar la información auditiva de forma más rápida, de esta manera logra una comunicación directa, asertiva, con buena capacidad de síntesis. En lo psicológico, es una persona que va directo a su objetivo, con capacidad de proyectarse al futuro, pero que tiene la capacidad de encontrar el equilibrio con su mundo afectivo. Pero un control derecho excesivo es una defensa, la persona se pone rígida, insensible, agresiva y sin emocionalidad.

El control con el oído izquierdo es un mecanismo de defensa que sirve para poner una distancia con el interlocutor, por lo que la comunicación será difícil: el lenguaje es poco fluido, le cuesta encontrar las palabras adecuadas y tiene dificultad para integrar la información, todo esto hace que gaste mucha energía tratando de compensar sus dificultades. Si su control izquierdo es excesivo, queda devorado por la emotividad, toda la información queda filtrada por lo emocional, no logra una visión objetiva y tiene dificultad para concretar lo que emprenda. Pero la peor situación es aquella en la que la persona no logra establecer una lateralidad definida, es el caos, un extranjero en su propio país, se convierten en seres "retrasados" por las circunstancias que les rodean sin tener ningún problema orgánico, son víctimas de un profundo bloqueo afectivo.

De esta manera, el tratamiento a través del Método Tomatis es una herramienta muy poderosa para conocer acerca de nuestro psiquismo y modificarlo. Pero este conocimiento ocurre a nivel de sensaciones, pudiendo o no salir contenidos a la superficie a través de dibujos, recuerdos o sueños, por lo que es un aporte y un complemento a un proceso terapeúticos. A través de la terapia se va reeducando el oído hasta lograr una función de escucha óptima, que le permite a la persona desarrollar todos sus potenciales que quedaron bloqueados en algún momento de su desarrollo y retornar a un estado natural de plenitud e integración. Eso, dice Tomatis, es un derecho de nacimiento que todos tenemos.

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